Carta a la Tierra
Carta a la Tierra - Un llamado a la sostenibilidad
La Carta a la Tierra es una declaración internacional de principios éticos y valores para construir una sociedad global sostenible. Esta carta fue redactada en 1987 por una comisión de expertos internacionales y se presentó oficialmente en 2000 en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York.
La Carta a la Tierra es una respuesta a los desafíos globales que enfrenta la humanidad en el siglo XXI, como el cambio climático, la pobreza, la injusticia social y la pérdida de biodiversidad. Este documento establece una visión de un mundo justo, sostenible y pacífico para todas las formas de vida en la Tierra.
Entre los principios y valores que se promueven en la Carta a la Tierra se incluyen el respeto por la naturaleza, la justicia social, la equidad de género, la democracia, la no violencia y la solidaridad. Estos principios son fundamentales para construir una sociedad más sostenible y para garantizar un futuro mejor para las generaciones venideras.
En resumen, la Carta a la Tierra es un llamado a la acción para todas las personas y organizaciones que buscan promover un mundo más justo y sostenible. Su importancia radica en su capacidad para inspirar cambios significativos en las políticas y prácticas a nivel local, nacional e internacional.
La Carta de la Tierra
PREÁMBULO
- Reconocer que todos los seres son
interdependientes y que toda forma de vida, sea cual sea su finalidad, tiene
valor para los seres humanos.
- Confiar plenamente en la dignidad
inherente a todos los seres humanos y en el potencial intelectual, artístico,
ético y espiritual de la humanidad.
- Aceptar que el derecho a poseer, a
administrar y a utilizar los recursos naturales conduce hacia el deber de
prevenir daños ambientales y proteger los derechos de las personas.
- Reconocer que, a mayor libertad,
conocimiento y poder, mayor es la correspondiente responsabilidad por promover
el bien común.
- Asegurar que las comunidades,
independientemente de su nivel, garanticen los derechos humanos y las
libertades fundamentales y que asimismo brinden a todos la oportunidad de
desarrollar su pleno potencial.
- Promover la justicia social y
económica, posibilitando que todas las personas alcancen un modo de vida seguro
y digno, a la vez que ecológicamente responsable.
- Reconocer
que la libertad de acción de cada generación se encuentra condicionada por las
necesidades de las generaciones futuras.
- Transmitir
a las futuras generaciones aquellos valores, tradiciones e instituciones que
apoyen la prosperidad a largo plazo tanto de las comunidades humanas como de
las ecológicas de la Tierra.
- Adoptar
desde todos los niveles planes de desarrollo sostenible y regulaciones que
permitan incluir la conservación y la rehabilitación ambientales como parte
integral de todas las iniciativas de desarrollo.
- Establecer
y salvaguardar reservas viables de la naturaleza y la biosfera, incluyendo
tierras silvestres y áreas marinas, de modo que tiendan a proteger los sistemas
de vida de la Tierra, se mantenga la biodiversidad y se preserve nuestra
herencia natural.
- Promover
la recuperación de especies y ecosistemas en peligro.
- Controlar
y erradicar los organismos exógenos o genéticamente modificados, que sean
dañinos para las especies autóctonas y el medio ambiente; y además, prevenir la
introducción de tales organismos dañinos.
- Manejar
el uso de recursos renovables como el agua, la tierra, los productos forestales
y la vida marina, de manera que no se excedan sus posibilidades de regeneración
y se proteja la salud de los ecosistemas.
- Dirigir
la extracción y el uso de los recursos no renovables, tales como minerales y
combustibles fósiles, de forma que se minimice su agotamiento y no se causen
serios daños ambientales.
- Tomar
medidas para evitar daños ambientales graves o irreversibles, especialmente
cuando el conocimiento científico al respecto sea incompleto o esté inconcluso.
- Hacer
que asuman todas las consecuencias de una actuación a quienes argumenten que el
desarrollo de cierta actividad no causará ningún daño ambiental significativo
y, si se produjera, proceder para que los responsables reparen dicho daño.
- Asegurar
que en la toma de decisiones sobre las actividades humanas se contemplen las
consecuencias acumulativas, las a largo plazo, las indirectas, de larga
distancia y las globales asociadas.
- Prevenir
la contaminación del medio ambiente de todo el planeta y no permitir la
acumulación de sustancias radioactivas, tóxicas u otras materias peligrosas.
- Evitar
actividades militares que deterioren el medio ambiente.
- Reducir,
reutilizar y reciclar los materiales usados en los sistemas de producción y
consumo y garantizar que los desechos residuales puedan ser asimilados por los
sistemas ecológicos.
- Actuar
con moderación y eficiencia al utilizar la energía y tratar de depender cada
vez más de los recursos de energía renovables, tales como la solar la eólica.
- Promover
el desarrollo, la adopción y la transferencia equitativa de tecnologías
ambientalmente sanas.
- Internalizar
la totalidad de los costes ambientales y sociales de bienes y servicios en el
precio de venta y posibilitar que los consumidores puedan identificar productos
que cumplan con las más altas calidades sociales y ambientales.
- Asegurar
el acceso universal a la asistencia sanitaria que fomente la salud reproductiva
y la reproducción responsable.
- Adoptar
formas de vida que pongan su énfasis en la calidad de vida y en la suficiencia
de bienes materiales en un mundo finito.
- Apoyar
la cooperación internacional científica y técnica sobre sostenibilidad, con
especial atención a las necesidades de las naciones en desarrollo.
- Aceptar
y preservar los conocimientos tradicionales y la sabiduría espiritual de todas
las culturas que contribuyan a la protección ambiental y al bienestar humano.
- Asegurar
que toda información de importancia vital para la salud humana y la protección
ambiental, incluyendo la información genética, sea de dominio público.
- Garantizar
el derecho al agua potable, al aire limpio, a la seguridad alimenticia, a la
tierra no contaminada, a una vivienda y a un saneamiento seguro, destinando
adecuadamente los recursos nacionales e internacionales que correspondan.
- Facilitar
a todos los seres humanos el acceso a la educación y a los recursos que
aseguren un modo de vida sostenible, y proporcionar seguridad social y redes de
apoyo a quienes no puedan mantenerse por sí mismos.
- Ofrecer ayuda a los ignorados, proteger a los vulnerables, servir a aquellos que sufren y posibilitarles a todos ellos el desarrollo de sus capacidades y el logro de sus aspiraciones.
- Promover
la distribución equitativa de la riqueza dentro de las naciones y entre ellas.
- Intensificar los recursos intelectuales, financieros, técnicos y sociales de las naciones en desarrollo y liberarlas de onerosas deudas internacionales.
- Asegurar
que todo comercio apoye el uso sostenible de los recursos, la protección
ambiental y las normas de calidad laborales progresistas.
- Instar
a las corporaciones multinacionales y a los organismos financieros
internacionales para que actúen con transparencia por el bien público y
exigirles se hagan responsables de las consecuencias de sus actividades.
- Garantizar
los derechos humanos de las mujeres y de las niñas y acabar con toda clase de
violencia contra ellas.
- Promover
la participación activa de las mujeres en todos los aspectos de la vida
económica, política, cívica, social y cultural, como socias plenas e iguales en
la toma de decisiones, como líderes y como beneficiarias.
- Consolidar
las familias y garantizar la seguridad, la cría y el cuidado amoroso de todos
sus miembros.
- Eliminar
la discriminación en todas sus formas, tales como aquellas basadas en la raza,
el color, género, orientación sexual, religión, idioma, nacionalidad y el
origen étnico o social.
- Afirmar
el derecho de los pueblos indígenas a su espiritualidad, conocimientos, tierras
y recursos y a sus prácticas vinculadas a un modo de vida sostenible.
- Honrar
y apoyar a los jóvenes de nuestras comunidades, habilitándolos para que ejerzan
su papel esencial en la creación de sociedades sostenibles.
- Proteger
y restaurar lugares destacados por su relevancia cultural y espiritual.
- Asegurar el derecho de cada individuo a recibir información clara y oportuna sobre asuntos ambientales, así como de los planes y actividades de desarrollo que le puedan afectar o en los que tenga interés.
- Apoyar
a la sociedad civil local, regional y global y promover la participación
significativa de todos los individuos y organizaciones interesados en la toma
de decisiones.
- Proteger
los derechos a la libertad de opinión, expresión, reunión pacífica, asociación
y discrepancia.
- Establecer
el acceso efectivo y eficiente a los procedimientos administrativos y
judiciales independientes, así como las soluciones y compensaciones por daños
ambientales y por la amenaza implícita a tales daños.
- Eliminar
la corrupción en todas las instituciones públicas y privadas.
- Fortalecer
las comunidades locales, habilitándolas para que puedan cuidar de su propio
medio ambiente y asignar la responsabilidad ambiental a las áreas de gobierno
desde las que se vaya a ejercer de la manera más efectiva.
- Brindar
a todos, especialmente a los niños y a los jóvenes, oportunidades educativas
que les capaciten para participar activamente en el desarrollo sostenible.
- Promover
la aportación que desde las artes y las humanidades, al igual que desde las
ciencias, pueden ofrecer para la educación en sostenibilidad.
- Intensificar
el papel de los medios de comunicación en la toma de conciencia sobre los retos
ecológicos y sociales.
- Reconocer
la importancia de la educación moral y espiritual para una vida sostenible.
- Prevenir
la crueldad contra los animales domésticos y evitarles el sufrimiento.
- Salvaguardar
a los animales salvajes de métodos de caza, pesca y trampeo que les causen un
sufrimiento extremo, prolongado o evitable.
- Descartar
la destrucción o apropiación de especies por simple diversión, negligencia o
desconocimiento, o cuanto menos evitarlas hasta donde sea posible.
- Alentar
y apoyar la comprensión mutua, la solidaridad y la cooperación entre todos los
pueblos, desde dentro de las naciones y entre ellas.
- Implementar
estrategias amplias y globales para prevenir los conflictos violentos y
gestionar y resolver los problemas ambientales y otras disputas desde la
colaboración.
- Desmilitarizar
los sistemas nacionales de seguridad hasta un nivel o régimen de defensa no
provocativa y emplear los recursos militares para fines pacíficos, incluyendo
la restauración ecológica.
- Eliminar
las armas nucleares, biológicas y tóxicas y otros artefactos de destrucción
masiva.
- Asegurar
que el uso del espacio orbital y exterior se comprometa con la protección
ambiental y la paz.
- Reconocer
que la paz es la integralidad creada por las relaciones correctas con uno
mismo, con otras personas, otras culturas, otras formas de vida, la Tierra y
con el todo más grande, del cual somos parte.
Estamos en un momento crítico de la historia de la
Tierra en el cual la humanidad debe elegir su futuro. A medida que el mundo se
vuelve cada vez más interdependiente y frágil, el futuro depara, a la vez,
grandes riesgos y grandes promesas. Para seguir adelante debemos reconocer que
en medio de la magnífica diversidad de culturas y formas de vida, somos una
sola familia humana y una sola comunidad terrestre con un destino común.
Debemos unirnos para crear una sociedad global sostenible fundada en el respeto
hacia la naturaleza, los derechos humanos universales, la justicia económica y
una cultura de paz. En torno a este fin, es imperativo que nosotros, los
pueblos de la Tierra, declaremos nuestra responsabilidad unos hacia otros,
hacia la gran comunidad de la vida y hacia las generaciones futuras.
LA
TIERRA, NUESTRO HOGAR
LA SITUACIÓN GLOBAL
Los patrones dominantes de producción y consumo
están causando devastación ambiental, agotamiento de recursos y una extinción
masiva de especies. Las comunidades están siendo destruidas. Los beneficios del
desarrollo no se comparten equitativamente y la brecha entre ricos y pobres se
está ensanchando. La injusticia, la pobreza, la ignorancia y los conflictos
violentos se manifiestan por doquier y son la causa de grandes sufrimientos. Un
aumento sin precedentes de la población humana ha sobrecargado los sistemas
ecológicos y sociales. Los fundamentos de la seguridad global están siendo
amenazados. Estas tendencias son peligrosas, pero no inevitables.
LOS RETOS VENIDEROS
La elección es nuestra: formar una sociedad global
para cuidar la Tierra y cuidarnos unos a otros o arriesgarnos a nuestra propia
destrucción y la de la diversidad de la vida. Se necesitan cambios
fundamentales en nuestros valores, instituciones y formas de vida. Debemos
darnos cuenta de que, una vez satisfechas las necesidades básicas, el
desarrollo humano se refiere primordialmente a ser más, no a tener más.
Poseemos el conocimiento y la tecnología necesarios para proveer a todos y para
reducir nuestros impactos sobre el medio ambiente. El surgimiento de una
sociedad civil global está creando nuevas oportunidades para construir un mundo
democrático y humanitario. Nuestros retos ambientales, económicos, políticos,
sociales y espirituales, están interrelacionados y juntos podemos proponer y
concretar soluciones globales.
RESPONSABILIDAD UNIVERSAL
Para llevar a cabo estas aspiraciones debemos
tomar la decisión de vivir de acuerdo con un sentido de responsabilidad
universal, identificándonos con toda la comunidad terrestre, al igual que con
nuestras comunidades locales. Somos ciudadanos de diferentes naciones y de un
solo mundo al mismo tiempo, donde los ámbitos local y global se encuentran
estrechamente vinculados. Todos compartimos una responsabilidad hacia el
bienestar presente y futuro de la familia humana y del mundo viviente en su
amplitud. El espíritu de solidaridad humana y de afinidad con toda la vida se
fortalece cuando vivimos con reverencia ante el misterio del ser, con gratitud
por el regalo de la vida y con humildad con respecto al lugar que ocupa el ser
humano en la naturaleza.
Necesitamos urgentemente una visión compartida
sobre los valores básicos, que brinden un fundamento ético para la comunidad
mundial emergente. Por lo tanto, juntos y con una gran esperanza, afirmamos los
siguientes principios interdependientes para una forma de vida sostenible, como
un fundamento común mediante el cual se deberá guiar y valorar la conducta de
las personas, organizaciones, empresas, gobiernos e instituciones
transnacionales.
PRINCIPIOS
I.
RESPETO Y CUIDADO DE LA COMUNIDAD DE LA VIDA
1. Respetar la Tierra y la vida en toda su diversidad
2. Cuidar la comunidad de la vida con
entendimiento, compasión y amor.
3. Construir sociedades democráticas que sean justas, participativas, sostenibles y pacíficas
4. Asegurar que los frutos y la belleza de la Tierra se preserven para las generaciones presentes y futuras.
II.
INTEGRIDAD ECOLÓGICA
5. Proteger y restaurar la integridad de los
sistemas ecológicos de la Tierra, con especial preocupación por la diversidad
biológica y los procesos naturales que sustentan la vida.
8. Impulsar el estudio de la sostenibilidad ecológica y promover el intercambio abierto del conocimiento que se adquiera, así como su extensa aplicación.
III. JUSTICIA SOCIAL Y ECONÓMICA
9. Erradicar la pobreza como un imperativo ético, social y ambiental
10. Asegurar que las actividades e instituciones
económicas, a todo nivel, promuevan el desarrollo humano de forma equitativa y
sostenible.
11. Afirmar la igualdad e imparcialidad de género como prerrequisitos para el desarrollo sostenible y asegurar el acceso universal a la educación, al cuidado de la salud y a la oportunidad económica.
12. Defender el derecho de todos, sin discriminación, a un entorno natural y social que apoye la dignidad humana, la salud física y el bienestar espiritual, con especial atención a los derechos de los pueblos indígenas y las minorías.
IV. DEMOCRACIA, NO VIOLENCIA Y PAZ
13. Fortalecer las instituciones democráticas en todos los niveles y brindar transparencia y rendimiento de cuentas en la gobernabilidad, participación inclusiva en la toma de decisiones y acceso a la justicia.
14. Integrar en la educación formal y en el aprendizaje a lo largo de la vida, las habilidades, el conocimiento y los valores necesarios para un modo de vida sostenible.
15. Tratar a todos los seres vivos con respeto y consideración.
16. Promover una cultura de tolerancia, no violencia y paz.
Como nunca antes en la historia, nuestro destino
común nos insta a buscar un comienzo nuevo. Dicha renovación es la promesa de
la Carta de la Tierra. Para hacerla realidad, debemos comprometernos a adoptar
y a promover los valores y objetivos de la Carta.
En la vida a menudo se producen conflictos entre valores importantes que implica tener que tomar decisiones difíciles; sin embargo, se debe buscar la manera de armonizar la diversidad con la unidad, el ejercicio de la libertad con el bien común, los objetivos a corto plazo con las metas a largo plazo. Todo individuo, familia, organización y comunidad, tiene un papel vital que cumplir. Las artes, las ciencias, las religiones, las instituciones educativas, los medios de comunicación, las empresas, las organizaciones no gubernamentales y los gobiernos han sido instados a brindar un liderazgo creativo. La alianza entre gobiernos, sociedad civil y empresas, es esencial para la gobernabilidad efectiva.
Con objeto de construir una comunidad global sostenible las naciones del mundo deben renovar su compromiso con las Naciones Unidas, deben cumplir con sus obligaciones en relación a los acuerdos internacionales existentes, así como apoyar la implementación de los principios de la Carta de la Tierra por medio de un instrumento internacional, legalmente vinculante, sobre medio ambiente y desarrollo.
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